Cree una escena con un aire de vacaciones en la montaña en sólo unos instantes. Para empezar, sobre todo les harán falta... ¡piedras!
Siempre favorecedora
La rocalla no es un macizo como los otros. Poblada de plantas bajas, que crecen a menudo en cojín o en alfombra, la piedra juega un rol importante, y no solo por el lado decorativo. Las plantas de origen montañoso necesitan un suelo siempre fresco, incluso en verano. Sus raíces se sumergen profundamente en el suelo buscando esta humedad. En cambio, durante el invierno, les horroriza el agua estancada. Razón por la cual estas plantas deben cultivarse en altura respecto al nivel del suelo.
En un suelo húmedo, la rocalla ofrece un real beneficio, pero al contrario, sobre elevando un macizo sostenido por piedras, permite a las plantas que necesitan un suelo bien drenado, crecer en donde no sería posible de otra forma. Las lavándulas, el siemprevivo, las campánulas y muchos otros vegetales que necesitan suelos no demasiado húmedos, prosperarán en este medio ambiente.
No solo guijarros
La rocalla está esencialmente compuesta de piedras, pero no exclusivamente. Porque hace falta que haya tierra entre las piedras, para que las plantas puedan desarrollarse plenamente. Por ello, hay que empezar por edificar la rocalla, apilando piedras, o, para la parte que será invisible, cualquier material mineral. El corazón del montón de piedras puede estar constituido por otras cosas que la piedra natural, para reducir el coste, y también reciclar grava engorrosa; los vegetales no van a ver la diferencia, ¡mientras que haya una buena tierra en los intersticios! Al contrario, las piedras visibles deben escogerse correctamente. Deje las grandes asomar, porque reforzarán el efecto de combinación entre el mineral y el vegetal.
En la práctica
Constituya su loma mezclando una buena tierra, eventualmente mejorada con un sustrato de plantación y con piedras, contando con un 2/3 de piedras por 1/3 de tierra. Termine constituyendo futuras compartimentos de plantación, es decir, sitios sin piedras, du al menos una anchura de 10 cm y una profundidad de 20 cm, para poder acoger cepellones de plantas. Idealmente deje la planta descansar durante unas semanas antes de plantar, el tiempo que se apisone. Plante desenredando el cepellón de los vegetales y extienda las raíces en profundidad, sin dañarlas. Irán a buscar el frescor en profundidad. Riegue las plantas después de la plantación y manténgala húmeda durante el tiempo que rebrote. A menudo, hay que regar durante el verano, porque la rocalla se seca rápido durante los episodios de sequía.
¡Atención deshierbe!
Se el efecto decorativo de la rocalla es indiscutible, requiere un poco de mantenimiento. A las malas hierbas les encanta venir a aprovecharse de las buenas condiciones y hay que desherbar la rocalla. Más vale hacerlo a menudo, para sólo pasar unos minutos. Porque desherbar malas hierbas que han crecido en la rocalla es muy latoso. Y como una rocalla es accesible, es fácil retirar las plántulas indeseadas, justo en el momento en que aparecen (en primavera, y sobre todo en otoño).