Componer un macizo como un pintor

El jardín es el lugar de inspiración por excelencia para la pintura… ¡y recíprocamente! Algunas trucos le permitirán de aprovechar un macizo como si se tratara de un cuadro.

Componga su paleta
Esto será lo más difícil, ¡ya que la selección de vegetales es vasta! Las condiciones determinarán que parte de esta paleta tendrá que utilizar. Determine las condiciones que puede ofrecerle a su planta, particularmente a las horas de sol y el tipo de tierra. Defina después los colores que desea escenificar. Una escena multicolor es más fácil de componer que un macizo con colores homogéneos.

Escena basada en el amarillo; las flores, al igual que los follajes deben seleccionarse según el tema.

Los colores principalmente claros componen este macizo a la sombra de un gran seto.

A la sombra, apueste sobre todo por los follajes.

Después seleccionar los vegetales clasificándolos por talla y por época de floración. Los profesionales recortan (en papel) los macizos en cuadrados de 1 m de lado. En cada una de estas mallas, toman la precaución de plantar al menos una planta interesante en cada estación, con una altura idéntica. Los cuadrados delante del macizo se llenan con plantas bastante bajas (menos de 50 cm) y los de detrás con unas plantas más altas (menos de 1 metro). Gracias a esta astucia, no tiene nada más que rellenar cada uno de los cuadrados con los vegetales que escoja en función de las condiciones que disponga y su presupuesto por supuesto. Para poder organizase, dibuje el plano de su macizo en un papel y note las plantas en trocitos de papel que puede desplazar por encima a su guisa.

A saber: los espacios soleados atraen más bien los colores vivos abigarrado mientras que los sitios a la sombra son más adaptados a los colores suaves y a los colores pastel. Pero no hay una regla absoluta, todo es cuestión de gustos…

Las flores pequeñas forman una masa más difusa.

Prefiera las flores pequeñas
Otro truco para componer un macizo digno de una pintura consiste en escoger las plantas que forman flores pequeñas más que las grandes. Evite de esta forma las flores como los girasoles o las dalias. Al contrario, busque floraciones vaporosas y difusas.

Piense en las cuatro estaciones
Si desea que su cuadro sea interesante todo el año, deberá inclui en su paleta vegetal unas plantas que sean bonitas durante el invierno. Estas pueden ser gramíneas con hojas coloridas, plantas cuyas inflorescencias decorativas que se mantienen en sus pies, vivaces con hojas perennes, etc. No las reagrupe en un único sitio del macizo, si no que al contrario, póngalos entre los otros, para que en el momento todo el macizo sea interesante.

Una silueta esbelta entre las gramíneas finas; un buen dúo entre lo vegetal y la decoración.

La decoración, no olvidarla
Una figura decorativa bien instalada realza tanto la vegetación como esta realza la figura; No ponga sólo una por macizo, a no ser que se trate de la variación de una misma decoración (un objeto en diferentes tallas por ejemplo).

Puede también poner elementos decorativos que se verán escondidos entre los follajes durante el verano que se verán durante el invierno. Este truco de decorador permite compensar la falta de vegetación y una eventual baja de interés del macizo durante la temporada sin flores. Inteligente ¿no?