Si el contenido de macetas y maceteros pide cuidados, ¡el contenedor también necesita un poco de atención! Con unos pocos buenos gestos, hará que sus macetas duren y que participen a la decoración.
En primavera, una gran limpieza
Antes de volver a usar las macetas que ya han servido, la buena práctica consiste en lavarlas con agua. No sólo va a evitar la acumulación de manchas poco estéticas, sino que además eliminará los gérmenes de enfermedades que han podido instalarse. Un aclarado con agua con lejía bastará.
Mantener su resplandor
Con el tiempo, las macetas tienen la tendencia natural de ver su color apagarse un poco. Esto se debe principalmente a la acumulación de una fina capa de caliza que deja el agua al regar. Ponga a remojo las macetas en un recipiente lleno de agua con un poco de vinagre. Atención, este método no se debe usar con las macetas de metal, ya que el vinagre las oxidaría. Reavive las macetas de madera y de resina con bicarbonato o con ácido oxálico.
Las macetas de plástico teñidas en la masa duran más tiempo y son menos sujetas al envejecimiento. Las intemperies pueden así todo ‘cansarlas’ un poco, sobre todo en las terrazas muy expuestas al sol de la tare. Ponga un barniz incoloro para reavivarlas y protegerlas.
¿Por o contra el verdor?
Las algas verdes se desarrollan sobre la faz exterior de las macetas cuya superficie es porosa, como la terracota no barnizada, y también en la piedra reconstituida. Una pátina con aires retro para unos o una molestia visual para otros, la capa de algas no tienen la unanimidad.
Para deshacerse de ella, cepille enérgicamente sus macetas con un cepillo y un jabón líquido. No existe ningún tratamiento que no sea nocivo para las plantas cultivadas en la maceta. Para impedir que las algas vuelvan, la única solución es aplicar un producto impermeabilizante en la parte exterior de la maceta, pero esto no siempre funciona.
En el caso contrario, para animar la formación de esta capa verde, embadurne la maceta con un yogur desleído con un poco de agua.
En otoño, protéjalas del frío
La mayor parte de las macetas resisten a las heladas. Pero las terracotas esmaltadas no son forzosamente resistentes a las heladas (al contrario que el gres). La terracota desnuda (sin esmalte) puede también sufrir con las heladas desmigándose. En este caso, hay que proteger las macetas, no de la helada en sí misma, sino de la humedad. Abrígelas con una capa de plástica o póngalas en un sitio seco.