¿Tiene ganas de cambiar paisaje? Nada más fácil con los macizos de flores vivaces y las plantas a follaje. Es un proyecto de unas horas, que no presenta dificultades.
Primero reflexionar
Antes de ir al jardín, tómese un tiempo de reflexión. Unos minutos ¡evitan a veces horas de trabajo! Observe bien su macizo y determine lo que le gusta y lo que no le conviene. ¿Hay que añadir plantas, desplazarlas o retirarlas? No existe una respuesta universal. Pero a menudo, la buena respuesta es la combinación de las tres preguntas. Añadir plantas permite reforzar un efecto o modificar el ambiente de una composición. Trasplantar vegetales permite de modificar la repartición de formas y de colores, al mismo tiempo que está seguro que las plantas en cuestión están a gusto en ese sitio, si crecen bien. Y retirar plantas resulta indispensable cuando un macizo está demasiado comprimido, si no puede agrandarlo o que no desea limitar la expansión de algunas plantas…
Más carácter
En lo que concierne las nuevas plantaciones, sírvase de los vegetales “estructurantes” para equilibrar el conjunto según sus gustos. Estos vegetales sirven como un material de decoración, ya que su forma acentúa un efecto, o al contrario restaura una armonía. ¿El macizo se parece demasiado a una maleza? Instale una planta con una silueta muy definida, que atenuará el conjunto, como un boj podado en bola, un matojo de acanto o una gramínea muy recta por ejemplo. ¿Encuentra que su composición es muy rígida, demasiado pesada? Instale plantas vaporosas como las gramíneas con porte ligero, la gisófila, etc. El efecto interesante de un macizo, a menudo se basa en los contrastes.
Remodele también los contornos
La forma de un macizo influye mucho en el efecto visual. Las borduras rectas se integran mal en un jardín romántico o exótico, mientras que las borduras sinuosas se combinan difícilmente con un marco contemporáneo. El ancho y largo de un macizo juegan igualmente sobre el efecto final. En un jardín pequeño, escogemos a menudo la solución de un largo y estrecho macizo para liberar un espacio de césped. Pero los pequeños macizos aislados permiten multiplicar los puntos de vista y crear varios ambientes (cortar el césped, es sin embargo más complicado). ¡La forma de un macizo no es una pura formalidad!
Un buen truco para los macizos
Si desea proceder a la extensión de un macizo, ayúdese con un punto de referencia visual para dibujar el trazado en el suelo. Para delimitar una nueva forma, disponga una manguera en el césped. Podrá moldear el futuro contorno a su guisa. Una vez que esté seguro del perímetro a instalar, decape el césped siguiendo la manguera: corte la hierba al ras, y luego despéguela por debajo. En guisa de alternativa, puede también trazar el contorno de su macizo con harina, pero es menos ecológico.