Los rosales son sin duda alguna los vegetales más plantados al exterior. Es importante cuidarlos de forma regular para conservarlos lo más posible. Para ello, póngase guantes y ropa espesa y resistente, proteja sus brazos y cara de las espinas que podrían arañarle.
Conviene utilizar una buena podadora y de podar con la lama del lado de la planta. Esto permite una cicatrización rápida y neta (la madera no se ha «aplastado»).
De manera general, suprima las flores marchitas a medida que las tenga. Esto estimula la producción de nueves flores y evita al rosal de agotarse para formar frutos.
Existen principalmente tres tipos de rosales: los matorrales, arbustos y trepadoras. Podrá encontrar aquí abajo los principios de poda para cada rosal.
Poda del rosal matorral
La poda del rosal matorral es indispensable para favorecer el nacimiento de jóvenes ramas portadoras de botones florales y para que conserven un porte compacto.
La primavera siguiente suprima la madera muerta, los serpollos que salen del suelo y los brotes demasiado débiles. Seleccione tres o cuatro ramas vigorosas; entre las que tienen el diámetro más gordo. Corte por encima del segundo o tercer brote ( ojo ) bien visible.
En otoño limpie su rosal cortando las ramas aproximadamente la mitad de su longitud para darle un mejor aspecto para pasar el invierno. Suprima también las ultimas flores marchitas y los frutos que agotan inútilmente al arbusto. Si sufre importantes heladas durante el invierno, demore esta poda a la primavera.
Después, cada año, cuando las heladas importantes no suelen darse ( hasta finales de marzo, según las regiones ), y antes de que los brotes de la base no empiecen a desarrollarse, seleccione entre seis u ocho ramas de gran diámetro y de preferencia entre las más jóvenes. Córtelas por encima del segundo o tercer ojo bien visible. Pode más las variedades mas vigorosas cortando por encima del cuarto o quinto ojo. Elimine todas las otras ramas y más concreta mente las más enclenques o las más viejas.
Efectúe si es necesario, una limpieza de sus rosales en otoño. Para las variedades no reflorecientes, es decir las que solo florecen una sola vez, limpiela en junio-julio después de la floración.
Poda del rosal arbusto
Desde el año de la plantación, en marzo, pode para disminuir las ramas de aproximadamente un tercio de su longitud. Suprima las ramas más enclenques.
Los dos o tres años siguientes, reduzca las ramas principales de dos tercios su longitud. Suprima las ramas muertas y los serpollos que salen del suelo.
Después, cada año, en marzo, airee el pie cortando algunas ramas entres las más viejas, y los tallos del centro más débiles ( los que florecen menos ). controle que deja cada año un numero idéntico de ramas. Reduzca después las ramas principales de dos tercios y su ramificación de un tercio. Estas son los brotes del año anterior con un color de madera más clara.
Sepa que para los rosales arbustos cubre-suelos o colgantes, la poda anual no es necesaria. Una poda de rejuvenecimiento dirigida por los principios descritos arribas al cabo de algunos años es suficiente.
Poda del rosal trepador
El año de la plantación, en marzo, efectúe una primera poda de formación. Suprima todas las ramas finas, y conserve solo las más robustas. Pode para obtener tres ramos de unos cincuenta centímetros.
Los dos o tres años siguientes, reduzca las ramificaciones de las ramas principales de un tercio de su longitud y pode las ramificaciones secundarias, según su vigor, a dos o tres ojos para las más débiles y de cuatro a cinco ojos para las más vigorosas.
Ate regularmente su rosal trepador a medida que este crece. Incline si le es posible a aproximadamente 45° las ramas vigorosas para estimular la ramificación y la floración.
Después, efectúe cada año una poda de mantenimiento a principios de la primavera, suprimiendo algunas de las ramas más viejas y de las que florecen menos. Controle que conserva cada año un numero idéntico de ramas reduciéndolas un tercio, y suprima las otras. Quite la madera muerta, los serpollos que salen del suelo y los brotes demasiado débiles. Para los rosales no reflorecientes, pode después de la floración ( en julio- agosto) por encima del segundo o tercera hoja a partir de la base de las ramificaciones que han florecido.