La permacultura es una técnica innovadora que se inspira de la naturaleza para ofrecer unas excelentes condiciones a los cultivos, sin tener que trabajar demasiado el suelo ni tampoco demasiado desherbar. ¡A probar urgentemente!
El principio
En un bosque clásico, el suelo siempre está cubierto por un lecho de hojas muertas. ¡Nadie desmaleza los pies de los árboles, y esto no les impide crecer! La idea de la permacultura nació de una simple constatación; no hay que dejar nunca la tierra desnuda a los pies de los cultivos. Las hortalizas se aprovechan ya que necesitan menos riego y abono. Las malas hierbas son mucho menos invasivas, reduciendo así el tiempo de desmalezar. Pero, sobre todo, como la vida en el suelo es intensa, la tierra no se compacta (salvo donde el paso es frecuente) Por tanto, no hay necesidad de romperse la espalda layando. Finalmente, la permacultura, ¡es el arte de hacer trabajar la naturaliza en su lugar!
En la práctica
Empiece por delimitar pequeñas zonas de cultivo, entre las que circulará para acceder a sus cultivos. Lo ideal es de realizar parcelas en rombos, implantadas como un embaldosado. No sobrepase 1.20 de ancho por cada parcela, para no tener necesidad de meter los pies para acceder hasta el medio y correr el riesgo e aplastar el suelo. Las parcelas se deben preparar en loma o en cuadrados sobre elevados. Construirlas en loma facilita las cosechas, la siembra y los trasplantes, y evita en las zonas húmedas que los cultivos sufran con la humedad. Las parcelas mantenidas con planchas de madera le hacen perder un poco de sitio.
Despejar alrededor de las siembras jóvenes
Los únicos emplazamientos que pueden quedarse con la tierra desnuda, son aquellos en los que ha trasplantado o efectuado una siembra. Las plántulas jóvenes temen la competencia de una cubierta que les haría sombra. Pero una vez que ya estén bien instaladas, meta el acolchado a los pies con el material para cubrir. Una capa de aproximadamente 3 cm basta, pero ponga hasta 5 cm a los pies de los cultivos bien establecidos y con un ciclo largo (patatas, calabazas). Alrededor de las saladas y de las coles, una vigilancia contra las babosas es útil, sobre todo con tiempo húmedo. ¡Un rodaje se impone!
Las materias para cubrir
Los acolchados comprados en sacos (las virutas, corteza de pino...) son útiles para las superficies pequeñas y como complemento de otras materias que pueden servir de acolchado.; de hecho la mezcla de materias diferentes, es siempre preferible.
La paja o el heno limpio (sin granos) es la mejor materia para la permacultura, ya que juega su papel sin favorecer las babosas, a diferencia de las hojas muertas u otras materias recuperadas.
Los desperdicios verdes… ¡no son desperdicios! Todas las podas o restos de cultivo sirven para cubrir el suelo. Sólo tiene que evitar de poner los restos contaminantes a los pies de un cultivo sensible. Los restos del césped sirven para dejar el suelo siempre cubierto a los pies de los cultivos ornamentales, como las vivaces y los arbustos. Atención a no poner demasiado de golpe (5cm cada vez).