Incluso en la ciudad, puede darse que los animales se pongan a roer la joven corteza de los árboles, haciéndoles severas heridas. La mejor solución será siempre la física.
Del corzo, a la rata, numerosos enemigos
La altura de las heridas da buenas pistas sobre el origen de los daños. A una altura superior a 30 cm, se trata seguramente de corzos (ver ciervos, por encima de 1.20m de altura). La herida son irregulares, la corteza arrancada en bandas o que muestra unas grandes trazas de dientes. Entre 30 y 10 cm, se trata sobre todo de conejos (las incisiones son profundas) y por debajo, son ratas toperas (incisiones superficiales y sobre la corteza tierna). Pero la rata de campo puede también roer la corteza hasta una cierta altura trepando sobre las ramas. Provoca incisiones como la rata topera.
Los vegetales más sensibles
Las plantas que tienen una corteza bastante tierna y comestible, son el blanco favorito de los animales roedores. El pino y el manzano son los más corrientemente atacados, pero prácticamente todas las plantas, incluso las espinosas, pueden conocer estos daños. Cuanto más envejece la planta, menos corre el riesgo de verse molestada, ya que su corteza se endurece y se carga de taninos naturalmente repulsivos.
Métodos eficaces… si están bien dirigidos
La protección de una planta requiere conocer bien al animal que la ataca, o que es susceptible de atacarla. El corzo, por ejemplo, conoce actualmente una expansión fuerte, incluso en zonas urbanas. Ahí donde el terreno no esté cerrado, puede causar destrozos, igual que el conejo. Las ratas de campo actúan más en donde los veranos son secos, ya que la corteza les quita la sed. Las ratas toperas son más numerosas a proximidad de una matriz o de una losa mamposteada. Al ser todos nocturnos, los índices precedentes serán preciosos para tomar las buenas medidas.
Contra los corzos y los conejos
La mejor solución, aunque no es estética, es rodear la planta de una funda de protección, que suba hasta 50 cm contra los conejos y de 1.20 contra los corzos. Si los conejos son numerosos, piense en rodear la parte que tiene que proteger con un alambrado con mallas finas, enterrando un poco del alambrado bajo tierra. Los conejos no saltan por encima y no insisten demasiado en pasar por debajo, salvo si el suelo es arenoso. Existen repulsivos nauseabundos sin peligro. No son eficaces al 100% y pierden su eficacidad bastante rápido.
Contra los otros roedores
Las ratas de campo y las ratas toperas se cuelan entre las mallas de protección que pueden también escalar o hacer un rodeo por galerías subterráneas. Rodear al tronco con una banda de protección como la lona de yute o una funda flexible es la mejor forma de protegerlo.
Curar las heridas
Contra las heridas que los roedores han infligido a una corteza, no hay otra solución que aplicar una masilla cicatrizante o un caldo bordelés. Los sujetos al haber perdido la corteza sobre la totalidad de la circunferencia del tronco, corren el riesgo de morir. Tendrá que regar estas plantas y podarlas para ayudarlas a recuperarse.